Y puedo decir que es mi amigo, a pesar de que en la oficina mis amistades todavía son pocas. Pero este Wei fue de las primeras personas en hablarme regularmente. Lo que me hizo pensar: Es amigo, el Wei.
Más allá de eso, el Wei se percató de mi habilidades naturales para el basquetbol (que empiezan y terminan con mi estatura) y me invitó a los juegos de martes y jueves. En la cáscara (término mexicano para un juego informal de baloncesto) se calientan los ánimos, porque lo que más de una vez, me vi obligado a gritarle: “Pinche Wei!!!”
Pero lo mejor son los saludos y las despedidas: ¡Hola, Wei! ¿Ya te vas, Wei? ¿Por qué estás triste, Wei? Y el Wei, siempre con su eterna sonrisa (la sonrisa es de Wei, no de güey), me ha respondido con singular alegría.
Sí, mis dilectos amigos y lectores, mi amigo Wei Li es uno de mis compañeros de oficina y, definitivamente, una gran persona. En días pasados nos encontramos en el aeropuerto cuando nos disponíamos a pasar las navidades con nuestras respectivas familias. Cuando yo llegué a Manchester, del Wei ni sus luces. Sin embargo, la semana pasada nos llegó un correo explicando por qué no había llegado el Wei. Como siempre, una imagen vale más que mil palabras.
Pues sí, se casó el Wei…
Opal Gardens
Manchester, UK
(Me temo que no podré comentar nada, o todo lo que diga puede ser usado en mi contra…)
La amiga del amigo Wei no es para desperdiciar tampoco.
Felicidad inspiran, eso sí.
Bueno Jack, sólo me divertí un rato con el juego de palabras. Debo añadir que Wei es muy buen amigo.
Y mi querida Milena, tuve la oportunidad de conocer en persona a la señora esposa de Wei y coincido completamente contigo. Por si fuera poco lo que salta a la vista, es una persona muy agradable.
ah!!!!! yo pensé que otras cosas, realmetne el jugo de palabras o sus sonidos es interesante, pero yo tengo un güey amigo que nomas no acaba mis encargos…