Quería escribir sobre el problema del caracol y sobre la propagación de errores de humanos, pero hoy un nuevo problema me desvío de esas ideas. Estaba disfrutando de una buena plática con Grimalkin en el msn, cuando empecé a escuchar un breve chirrido a intervalos regulares. Salí del cuarto y me di cuenta que la alarma contra incendios estaba piando de modo irrespetuoso e irresponsable.
Abro un corto paréntesis para contar que los británicos le tienen un gran respeto, por no decir miedo, al fuego. Todo edificio cuenta con alarmas contra incendios y hay simulacros periódicamente. Las alarmas se prueban también semanalmente. En los edificios públicos hay puertas retardantes de fuego que se cierran al sonar la alarma. Todo lo necesario para evitar incendios. Pero, como dijo una amiga, con lo húmedo que es el Reino Unido, lo sorprendente es que se pueda prendar un fuego. Tristemente, hay incendios como en todos lados, a pesar de la humedad, las alarmas, los retardantes, la normatividad y todo lo demás.
El asunto es pues que la alarma chirriaba como grillo en celo con megáfono, a intervalos de un minuto aproximadamente. Tras una breve plática con mi flatmate , decidimos ir a la caja de control de la electricidad y apagar el interruptor etiquetado como Smoke alarm . Esperamos un minuto y…
Biip
La pila, dije yo. Seguro es la pila.
Así que a abrir la mugre esa, siguiendo las instrucciones estampadas en la carátula, que decían algo así como: Press tab, push cover away. Y pues no, no se abría. El ruidito, mientras tanto, seguía dando lata, con el añadido de que ahora lo escuchaba muy muy cerca, ya que estaba trepado en una silla para alcanzar la alarma.
¿Qué haremos?-pensé yo. La solución geek típica: internet. En 2 minutos ya teníamos un manual en pdf de la alarma contra incendios (basada en ionización) EI141. Ahí aprendimos cómo destaparla y además averiguamos que además de la alimentación principal (220V de corriente alterna), tiene una pila de respaldo de 9V. Ah y si la pila de respaldo deja de servir, la alarma suena cada 40 segundos.
La abrimos, la bajamos, retiramos el cadáver de la pila caída en batalla y nos quedamos con la alarma, destripada, herrumbrosa, orinecida, como el metal de mi vida, como el hierro de mi fe, como mi querer perdido, esta alarma sin sonido, nada es ya de lo que fue. Me parece un amuleto sin virtud y sin respeto, nada mide, no resuena… ¡me parece un alma en pena!
Biiiip.
¿Qué? ¿Cómo cuándo carajos…? ¡Pinche alarma!
Biiiiiip
Una nueva leída del manual nos reveló la causa: La alimentación principal son los 220V de corriente alterna, tiene una batería de respaldo de 9V (corriente directa, por supuesto) pero en realidad funciona usando unas celdas recargables de litio. Tres sistemas de alimentación diferentes y un sólo pitido verdadero.
Biiiiiiiiiiip
El manual era claro: Reemplace la batería. Para entonces, ya eran las 11 de la noche y ya no quisimos salir al super por una pila. Así que tras una breve tormenta de ideas, tomamos una decisión: Envolvimos la batería en un trapo de cocina y la refundimos en un cajón. Y desde entonces hasta el momento de escribir esto (media hora después) ya no la oímos. Ya mañana compraré la dichosa pila.
UPDATE: Me preocupaba el bienestar de la alarma, así que me asomé al cajón para ver si necesitaba agua, cigarros o algo. Y ya no sonaba. Otra leída al manual me confirmó que el modelo EI141 no tiene el tercer sistema, así que seguramente seguía sonando con lo que le había quedado a los capacitores. Un día de estos tengo que aprender a leer los manuales con calma. Lo importante es que ya no va a dar lata.
Darth Tradd
Hulme
Manchester, UK