Opal Gardens
Manchester, UK
Ana me entregó el juego de planos convenientemente acomodados en un expediente. En ese momento tomé la pluma y estaba a punto de enviarlos a cotizar cuando una duda me asaltó. Me di cuenta que estaba firmando en el cuadrito que decía revisó y autorizó. Y pensé: “¿Y si están mal?”
Por no dejar me puse a darles una ojeada. Me di cuenta que a una placa le faltaba el espesor. Bueno, un detalle, ¿no?
Pues no, los detalles se empezaron a multiplicar. Barrenos sin especificación, líneas de centro que no estaban centradas, radios imposibles de aplicar en el espacio mostrado. Cuando terminé la revisión más de 30 errores estaban señalados. Con toda gentileza (porque el ser grosero nunca ha sido mi fuerte) se los señalé a Ana y ella me lo agradeció. Nunca supe si los errores fueron a propósito para probarme (finalmente era mi primera semana) o si fueron involuntarios. Lo cierto es que eso me dio buena fama en esa empresa.
Avance rápido al 2006. Estamos sufriendo con las probetas de tensión que probamos en la máquina de INSA. Después de revisarlas, me doy cuenta del error o, mejor dicho, de los errores. La combinación del sistema de sujeción de la máquina con un radio mal maquinado y un plano mal interpretado hacen que las probetas fallen en la cabeza y no en el centro. No sé por qué me confié esta vez. Cuando me entregaron las muestras supuse que estarían bien maquinadas, le entregué un plano muy claro a los proveedores. También me doy cuenta que la gente de INSA no me advirtió de las dimensiones críticas y del sistema de sujeción, pero lo cierto es que yo tampoco pregunté. La solución al más puro estilo de la urgencia del cuarto para las YA horas fue meterle lima a las piezas que habían sido electroerosionadas. De alguna forma dejé de lado mi sana desconfianza, por una fe casi ciega en que en Inglaterra, como país de primer mundo, las cosas se harían bien y a la primera.
Grave error. En este país, como en todos, hay chambonerías, ahí-se-va-incluido, interpretación esotérica y astral de planos y gente que le encanta hacer mal su trabajo. Mi primer encuentro con los errores de ingeniería ingleses me costó una jornada de 30 horas de trabajo. Al menos pude solucionarlo, pero era evitable. Ya pasó mi período de adaptación (6 meses, fue demasiado largo, demasiado), es hora de comenzar a exigir y hacer que las cosas pasen y se hagan bien y a la primera.
Grenoble está ubicado a los pies de los Alpes franceses. La vista es impresionante al irse acercado a las montañas nevadas. El ESRF está ubicado en el “Poliygone Scientifique” que incluye algunas empresas dedicadas a la investigación y el ILL (Institute Laue-Langevin) cuyo gigantesco reactor de neutrones domina la entrada. El ESRF recibe un presupuesto tripartita de Inglaterra, Francia y Alemania y alberga a investigadores de toda Europa, que se pelean por tener algunas días de tiempo de radiación.
El anillo del sincrotrón tiene 844 metros de diámetro y alrededor de él están todas las líneas con rayos X y gamma de diversas características (espectro completo, monocromáticos, intensidad mayor o menor, coherentes, divergentes y demás). La manera más fácil de moverse dentro de las instalaciones es tomar una de las bicicletas que se ofrecen y andar de un lado a otro en ellas. Por supuesto que es una buena idea esperar a que salga alguna investigadora destacada y perseguirla mientras pedalea.
Creo que ese es el aspecto que más me ha gusto de Francia en comparación a Inglaterra. En general las chavas aquí son más guapas que en la isla o al menos esa es la impresión que tengo después de esta visita.
Algunos otros detalles de Francia:
– La gente aquí si conoce las mezcladoras de agua en los lavabos.
– El clima es mucho mejor que en Manchester, no ha llovido y ha hecho calorcito, como decimos en México.
– Los coches van por el lado CORRECTO de la calle. Hasta en inglés así se dice, RIGHT SIDE!!
– En general no se rieron de mi francés, pero de repente como que se compadecían y empezaban a hablar en inglés.
– El pasaporte mexicano es bien recibido en Europa.
Detalles que no me han gustado:
– El desayuno, ya me estoy cansado de los croissants.
– La falta de alarmas contra incendio en los edificios. Luego por eso hay problemas.
– Las puertas abren al revés que en Inglaterra.
– Ah y las francesas están mal proporcionadas.
—UPDATE—
Son las 4 de la mañana del lunes y ahora sí ando cansado. Con decirles que empecé este post como a las 4 de la tarde. Esta jornada comenzó el domingo a las 3 de la mañana y parece que terminará a las 9 de la mañana de este lunes. Tenía mucho que no tenía un período de vigilia tan prolongado, creo que estoy pagando por mis pecados anteriores.
Mis muestras han mostrado una desagradable tendencia a fracturarse por donde no deben, debido a una combinación de factores que luego les contaré. Cometí un error con estas muestras: Me confié en que la gente haría su trabajo con mayor cuidado. Errores y detalles que se han sumado y que ahora tuvimos que corregir con lima musa en mano, después de que las muestras habían sido electroerosionadas y pulidas hasta acabado espejo. Sin embargo, los resultados son muy prometedores.
Me voy, hay que aumentarle la carga a la muestra y tomar la siguiente serie. En cuanto me recupere subo algunas fotos y les cuento los detalles adicionales.
Pero Dios protege a los incautos. Pancho, madrugador como siempre, se había levantado al baño. Al pasar por la tienda en cuestión se preguntó qué podrían estar haciendo adentro que los obligaba a arañar la lona. Estuvo a punto de seguir de largo, pero algo lo detuvo y regresó. Tomó el cierre y lo abrió de un golpe.
El impacto del aire fresco por poco hizo que Callejas se desmayara. Sin embargo soportó el cambio de aire y salió finalmente de lo que se estaba convirtiendo en una tumba. En ese momento, lleno de un espíritu heróico y valiente y pensando en todo momento en el bienestar de sus compañeros volteó a ver la tienda. Pensando que tal vez podría darles frío con la puerta abierta, procedió a cerrarla cuidadosamente, llevando el cierre hasta el tope. Acto seguido se perdió en los matorrales tratando de recuperar el aliento.
Los tres que se quedaron adentro siguieron con sus problemas. No había entrado suficiente aire fresco como para aliviarlos y no había más Pancho que abriera la puerta. Como pudieron, Chávez y el Gordito lucharon por abrir la puerta y finalmente lo consiguieron. A pocos pasos de ahí volvieron el estómago y trataban de no desmayarse.
A mí me despertó el ruido de unos caballos pastando, tal vez una media hora más tarde. Me levanté y vi que aún no había amanecido. Mientras esperaba el alba, caminé hacia donde estaban los coches. Ignorante de lo que había pasado fui hacia mi sufrido Monza y entré. No recuerdo si Chávez tenía las llaves o si lo dejé abierto, lo cierto es que estaba ahí adentro, sentado en el asiento del conductor. Tenía los ojos vidriosos y fijos hacia el frente. Respiraba agitadamente y sudaba.
– ¿Qué pasó?
– No mames… no mames…
– …
– No mames… es que en serio, no mames…
En eso abrió la puerta y corrió hacia la obscuridad.
Yo me quedé sentado, sin saber lo que había pasado. Por un instante me sentí en la Bruja de Blair y se me ocurrió que debería seguirlo entre los árboles. Pero la opción fácil se impuso y traté de sintonizar algo en la radio. Después de un rato Chávez regresó con un semblante amarillento.
– Pero, ¿qué pasó?
– No en serio, es que no mames…
Y volvió a correr hacia los árboles.
Me bajé del coche y empezó a clarear. Con la luz pude ver tres siluetas que caminaban erráticas por los matorrales. Callejas era el único que se sentía suficientemente bien para contarme lo que había pasado. En ese momento pensé que el único que se había quedado en la tienda era Roberto. Para entonces ya se había levantado y, dado que los demás no cerraron la puerta al salir, se encontraba en perfecto estado. Tal vez sus altos niveles de nicotina en los pulmones lo hicieron inmune a la intoxicación.
Mientras prepáramos el café, Pancho, Wakko, Temo y yo no podíamos dejar de reirnos. Los otros cuatro, habiendo estado tan cerca de acabar patitiesos, no compartían nuestra alegría.
– No se burlen ‘uleros, que sí estuvo bien gacho.
– Jajaja, es que no puedo creerlo.
– Ahorita les da risa, pero que tal que nos hubieran encontrado ahí tirados.
– JAJAJA….
– Gachos…
Las desventuras en ese viaje continuaron, pero ellas forman un cuento por sí solas.
Curiosamente abril no era un mes muy significativo para mí, la única fiesta importante es el cumpleaños de mi hermana mayor (Hola Minda!) el 2 de abril. Pero fuera de eso, abril es un mes en el que lo más disfrutable es ver florecer las jacarandas. Pero todo eso cambió hace dos años.
Hace dos años, un 16 de abril (cumpleaños de una persona que fue muy importante en mi vida, pero eso es cuento para otra ocasión) regresé a la casa después de una semana de trabajo bastante pesada. Me acuerdo bien que era un viernes y que tenía un par de días sintiéndome raro, como si hubiera perdido la sensación de gusto en la boca. No le di mucha importancia y seguí con mi rutina diaria. Esa noche, wakko me habló para invitarme a jugar billar. Pasó por mí y fuimos a donde siempre, pero yo ya no me sentía bien. Al cerrar los ojos sentía como no podía apretar el párpado derecho. Cuando llegamos al billar pedí una cerveza (Cerveza Indio, a veces me espanta la claridad con que recuerdo esa noche) y al tomarla me di cuenta de que había perdido completamente la capacidad de sentir el sabor en mi boca.
Giré para verme en el espejo y me di cuenta de que al tratar de sonreír el lado derecho de mi cara no respondía. Debo admitique me espanté y me despedí como pude de mi amigo. Llegué caminando a mi casa, distante no más de 5 minutos del billar. Para entonces ya todo el lado derecho de mi cara estaba paralizado, incluso tenía problemas para cerrar por completo el ojo.
Junto con la impresión de la parálisis me llegó una depresión repentina y abrumadora. Sentía que el esfuerzo de los últimos años había sido en vano y que en vez de una maestría iba a sacar una parálisis facial y quizá algo peor. Esa noche está muy grabada en mi memoria: La sensación de no poder mover o sentir el lado derecho de mi cara y mis nervios destemplados (sonaba el teléfono o se azotaba una puerta y temblaba como una hoja).
La recuperación fue lenta y dolorosa. No sólo tenía que recibir inyecciones de vitamina B (que me causa una leve alergia cutánea), también tenía que acudir a sesiones de rehabilitación cada 3 días. Mi terapista, la Sra. Adela, siempre se portó excelentemente. Sin embargo, eso no hacía menos dolorosas las descargas de electricidad o las cachetadas rítmicas que propinaba en mi cara.
Finalmente, tras dos meses de inflar globos, recibir inyecciones y soportar toques eléctricos, recuperé completamente la movilidad y la sensibilidad de mi rostro, así como la sensación de gusto. Pero lo más importante de esta etapa de mi vida fueron las lecciones que aprendí.
Hoy se cumplen dos años de haber pasado por esa experiencia. Es un aniversario que no quiero olvidar y en parte por ello inicié el blog en esta fecha. Fue un aviso a tiempo para cambiar mis hábitos y preocuparme más por mi salud. Repentinamente abril se ha convertido en un mes importante. Desde entonces, este mes me recuerda que la vida es un suspiro y que la salud es prioritaria sobre cualquier otro aspecto.
Feliz Aniversario entonces, al blog, a la parálisis y a la innombrable, como atinadamente le puso el Voltron.
El próximo miércoles comenzamos una semana de pruebas de tensión con tomografía de rayos X. Básicamente vamos a jalar las muestras bajo diversas cargas, tomando una imagen tomográfica de una sección, para ver si podemos ver la deformación in situ. El experimento está por demás interesante y además largo: son 6 días de tiempo total. Espero que las cosas vayan bien y que al final del mes pueda decirles que mi doctorado sigue avanzando. Además, con mi escaso francés espero no morirme de hambre. Tengo la esperanza de que pueda servirme cosas en un buffet o señalar en el menú. Para la cuenta no hay problema: Yo doy el dinero y los señores se cobran (ajá!).
Lo cierto es que se quedaron varias cosas en el tintero y no ha habido tiempo de terminarlas. Al menos aprovecharé para poner las fotos del artilugio que utilizamos en la difracción de neutrones. La teoría de la difracción de neutrones es muy similar a la de la difracción de rayos X. Para no hacer el cuento largo, se encuentran picos en la señal cuando los átomos se encuentran acomodados en capas separadas por una distancia fija. Lo más interesante es que esta distancia es relativamente fija para cada material, dependiendo de cómo se vean con respecto al acomodo de los átomos. Pero esta distancia puede cambiar por factores externos, principalmente por deformación mecánica, ya sea por esfuerzos aplicados o por esfuerzos residuales, como los que pueden ser producto de una operación mecánica o de soldadura (Un saludo a mi querida cdaae, que acaba de publicar: 10 razones para salir con un geek.)
En fin, basta de palabras, van las fotos:
PS: Prometo seguir con los pendientes, en especial lo del campamento, a la brevedad posible.
Y sí, estoy de gira artística pero no como Ventresco Carlo como algunos han sugerido (¡Hola Jack!). Nuevamente estoy en el sistema ENGIN-X del ISIS, esta vez buscando esfuerzos residuales en una soldadura entre un monocristal y un material convencional. La verdad es que estamos abriendo brecha y eso nos tiene probando varias condiciones experimentales que nos han tenido trabajando hasta tarde. Además hemos sacado nuestra mejor vena ingenieril y para fijar una rendija enfrente de un detector usamos una canaleta para repisa (de esas donde se meten las ménsulas), 3 prensas C, dos canaletas gruesas, un montón de cinta de doble cara, resortes varios y una cabeza micrométrica. Lo mejor de todo es que funciona, pero es bastante molesto a la vista.
Lo más divertido de todo este viaje a Oxfordshire no ha sido el preparar y configurar una máquina tan compleja utilizando materiales comunes o el tener jornadas de 16 horas. Tampoco han sido las cervezas o las cenas en los diversos restaurantes de Oxfordshire o el excelente hotel donde nos quedamos (Cosener’s house, donde me tocó quedarme en el bloque llamado establo…). Lo más divertido de este viaje es que por fin pude conducir un auto por los caminos rurales británicos. Así es, rentamos un Renault Mégane de cola anillada o que diga, de cola rara y me tocó manejar un rato entre Abingdon y el ISIS (unos 25 mins, por cierto). Luego les platico en detalle mis experiencias en este país donde ya anduve por el otro lado de la carretera, sin que por esto se empiece a murmurar de mí (Hola de nuevo, Jack!)
A eso de las dos de la mañana por fin se rindieron y entraron a la tienda grande que compartían con Beto. La tienda, propiedad del Gordito, era una reliquia que parecía haber pertenecido al ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Era de una lona pesada y además estaba impermeabilizada con algún sellador desconocido. Los tres entraron y cerraron la puerta y la ventana, aislándose del mundo exterior.
Tal vez se aislaron demasiado. Después de un rato, el aire se comenzó a viciar dentro de la tienda. La respiración de todos se hacía por momentos más pesada y difícil. En realidad nadie estaba dormido, pero todos fingían estarlo. Los cuatro seguían haciendo esfuerzos por respirar, con sus pulmones exigiéndoles aire fresco. El aire era ya prácticamente irrespirable y todos trataban de encontrar una explicación a lo que les ocurría: Beto lo atribuyó al cigarro y se prometió dejarlo mientras Callejas y el Gordito traían una gripa y empezaron a pensar que se había complicado y evolucionado en una neumonía. Sólo Chávez no tuvo una explicación a lo que pasaba y todos nos preguntamos por qué no hizo algo en ese momento. Los cuatro se estaban asfixiando lentamente y en su sopor adormilado, el Gordito pataleaba dentro de su bolsa de dormir. Callejas lo vio y trató de ayudarlo, mientras le decía:
(continuará)
El encabezado, como ya habrán visto, es actualmente la foto de las cervezas con un filtro de realce tipo neón de El Gimp. Me gusta, pero necesita algo más. Alguien me ha dicho que el estilo de neón le da un aire de burdel de mala muerte o de un table dance de mal gusto. Sin embargo, no quiero volver al encabezado plano, quiero poner algo distinto y personal ahí.
Los cambios en el header tendrán que seguir los cambios en el nombre y el subtítulo. Desde la Inopia me gusta, pero podría encontrar algo mejor. Incluso estoy considerando regresar al original “Debraye obscuro”. No sé, no me he decidido al respecto. Tal vez ponga una cita de Díaz Mirón: “Hay plumajes que cruzan el pantano y no se manchan” y luego como subtítulo poner algo así como: “mi plumaje no es de esos” o “pero el ave de todos modos se ahoga”.
Al subítulo es al que le he dedicado más tiempo e ideas. Originalmente era “Palabras sin reposo desde San Juan del Río, Qro.”, pero eso ya no tenía sentido cuando me mudé a Manchester. Una frase que me ha estado dando vueltas en la cabeza es: “Memorias de un imbécil”. Ese título me gustó desde que lo leí en los cuentos de Altamirano.
Bula informativa:
Ignacio Manuel Altamirano fue un escritor mexicano nacido en Tixtla, Guerrero. Tixtla es un pueblo perdido en la Montaña de Guerrero, un estado del sur de México. Curiosamente, cerca de Tixtla está Chilapa, un pueblito todavía más pequeño donde me ha tocado presenciar que la gente todavía realiza trueques en vez de pagar con moneda corriente. El principal atractivo de Chilapa es un reloj que tiene un mecanismo que muestra unas figuras de hojalata (Creo que a la virgen de Guadalupe y Juan Diego) a las 12 del día.
Bula aclaratoria:
Volviendo a Altamirano, que por cierto tiene algunas anécdotas interesantes como cuando se peleó verbalmente con Manuel Payno y se dijeron que…
No, ya en serio, Altamirano escribió Clemencia y Cuentos de Invierno. El tema predominante es el amor imposible entre una dama perfecta ante los ojos del protagonista y la completa incapacidad de éste para decirle lo que siente por ella. En particular, los 3 últimos cuentos (Antonia, Beatriz y Atenea) se agrupan con el título de Memorias de un Imbécil y reflejan todavía más la falta de habilidad con las damas del protagonista y como en su mente imagina todo lo que podría hacer si tuviera la voluntad para hacerlo. Considerando mis últimas andanzas, creo que el nombre vendría bien
Pero basta de bulas, el asunto es que Memorias de un Imbécil es un buen subtítulo, pero necesita un fondo para el encabezado que vaya ad hoc. Tengo la foto perfecta, pero mis habilidades como diseñador gráfico son más que limitadas. Afortunadamente no vivo de eso o me moriría de hambre.
(Breve paréntesis para tomar aire: Mientras escribía esto me pasé la mano izquierda por el pelo y sentí algo raro, suave y con antenas. Identificándolo inmediatemente al tacto como algún insecto pernicioso con ojos rojos, aguijón o quelíferos y ponzoña de acción rápida, lo tomé con fuerza y lo arrojé contra el escritorio, mientras estaba a punto de aplastarlo con todo el peso del saber includo en el libro “Anisotropic Elasticity Theory of Dislocations”. Todo lo anterior para ver que era una flor de almendro. No sé que me preocupa más: Si haber reaccionado como loco ante una inofensiva flor o el haber traído una flor en el pelo sin darme cuenta. Debe ser la primavera. Creo.)
El punto es que impartí dos laboratorios con estudiantes de primer año: Diagramas de fase y Microestructura de Materiales. En el primero de ellos fundimos diversas composiciones de aleación plomo estaño y medimos las curvas de enfriamiento para que hicieran sus diagramas de fase. Aquí lo más peligroso fue que alguien llegara a voltear el crisol con metal fundido a unos 350 °C, pero afortunadamente no pasó a mayores. En el otro laboratorio pulimos muestras de acero con lijas y pasta de diamante (nada que ver con el polvo de diamantes de los caballeros del zodíaco) para después atacarlas químicamente, verlas al microscopio y hacerles pruebas de dureza.
Cada laboratorio me llevaba 3 horas y prácticamente me echaba a perder la tarde, porque después de él ya no me quedaban muchas ganas de seguirle. Lo más divertido, por supuesto, era mantener al grupo bajo control. Imagínense a un grupo de 6 hooligans de 17 años cuya única preocupación era en cual pub iba a comenzar la fiesta. Imagínense también a las muchachas pensando en cómo vestirse para el club en la noche, mientras mascan chicle y mueven un crisol con metal líquido.
Sin embargo, he de admitir que como siempre hay gente que se esfuerza más y que destacan de entre el grupo. Se empieza a ver la gente que tiene un futuro en esto de los materiales y quienes de plano están ahí por razones desconocidas. Ahora hay que calificar los reportes de laboratorio y a ver cuántos pasan. ¡Ahh, la belleza de tener el poder de aprobación y reprobación sobre incautos estudiantes! Ahora entiendo por qué el ser profesor tiene su cuota de adicción.
Y lo mejor: No falta el que se lleva la tarde durante la revisión de trabajos. En este caso se trata de un coreano, que seguramente no escuchó mi nombre o le valió madre. Creo que hay una pequeña diferencia entre Francisco García Pastor y Ventresco Carlos Francis. No contento con ponerme apellido de travesti de cabaret, me da un nombre sacado como de novela rosa italiana: Ventresco Carlo, giggolo profesional. Me siento… bueno ya no sé cómo me siento. Creo que ya encontré al que le toca al principio de la campana de Gauss en la calificación.