En Estados Unidos se han levantado nuevamente voces en contra del racismo en México, esta vez por la aparición de una serie de estampillas que muestran a la famosa creación de Yolanda Vargas Dulché, MemÃÂn PinguÃÂn. Según el vocero de la Casa Blanca, Scott McLellan, “los estereotipos raciales son ofensivos, no importa cual sea su origen, y el gobierno de México debe tenerlo en cuenta”. Añadió también que “imágenes como esa no tienen cabida en el mundo moderno”. El reverendo Jesse Jackson solicitó al gobierno de México que se retirara esta estampilla por considerarla ofensiva.
Vemos nuevamente a Estados Unidos erigirse como el modelo moral del mundo, a pesar de todo lo ocurrido a lo largo de la historia. No olvidemos que de Estados Unidos viene Speedy Gonzalez. No olvidemos que el compañero del Llanero Solitario es un indio norteamericano llamado Tonto. No olvidemos la ofensiva pelÃÂcula de los tres caballeros y los estereotipos de Disney, de la Warner y de casi cualquier otra caricatura. Que los gringos digan quién denigró al pueblo mexicano con la imagen del holgazán cubierto con su sarape y sombrero a la sombra de un cactus. Desde mi punto de vista, los gringos no tienen ninguna autoridad moral para decir que el memÃÂn es racista.
Esta noticia de verdad me molesta, porque el racismo y la discriminación prevalecen en todo el mundo y Estados Unidos no es la excepción. Pero mientras ellos idolatran a Walt Disney, creador de algunos de los estereotipos más denigrantes que permanecen hasta la fecha en la mente de los gringos, ponen el grito en el cielo cuando celebramos una de las pocas creaciones nacionales en cuestiones de caricatura que han hecho época. Particularmente a mànunca me gustó MemÃÂn PinguÃÂn, pero por supuesto que es una caricatura que merece estar en una serie postal que conmemora a la caricatura en México.
Y todo el problema surge de la conciencia racial. Los negros son orgullosamente negros, pero solo pueden decirse asàentre ellos. Si alguien de cualquier otra raza les llama negros, niggers o lo que sea, se trata de un comentario ofensivo. Personalmente yo soy un mestizo como el 80% de los mexicanos. Soy un mestizo que tiene pocas caracterÃÂsticas europeas, mi piel es obscura, mis ojos son negros al igual que mi pelo. Vaya, estoy prieto. Y, por supuesto, cuando era niño todo mis compañeros, desde los ligeramente más claros que yo hasta los más güeros, se burlaban de mÃÂ. Y claro, me ofendÃÂa. Pero ahora, para todos los usos y costumbres yo soy el negro, un negro mestizo y orgullosamente mexicano.
Hace poco leÃÂa en el blog de Maybrick un artÃÂculo donde hablaba de la imparcialidad de razas (entre otras cosas). Algo que tal vez sea imposible para la gran cantidad de gente que denigra y se siente denigrada, pero que es la realidad en el mundo. Independientemente del color de piel y las caracterÃÂsticas fÃÂsicas inherentes a nuestro origen, todos somos humanos. Cuando verdaderamente entendamos y aprehendamos este concepto en nuestras cabezotas de piedra, dejaremos de ofendernos por cuestiones tan pavotas (como dirÃÂa Mafalda) y pendejas (como se dice aquÃÂ) como que MemÃÂn PinguÃÂn salga en unos timbres.
Juriquilla, Qro.
México